No es una novedad
decir que en el presente controlamos el tiempo como nunca antes. Esto es tan
solo una introducción. Conocemos que en la antigüedad se guiaban por los ciclos
naturales y tenía sentido pues la inmensa mayoría de la población vivía en un
entorno rural en el que la naturaleza marcaba los biorritmos.
Sin embargo en la
ciudad, eje representativo del hoy, hemos medido y calculado con exactitud la
duración del tiempo laborable, de sueño, de ocio, de estudio... Para coordinar
a tantas personas tal vez sea necesario. No estoy juzgando si esto es adecuado
ni inapropiado, esa cuestión es una de las tantas sin respuesta fácil. Si que
hay algo que me resulta llamativo.
Las nuevas
tecnologías, aquellas que se han encargado de medir nuestro tiempo pueden
incurrir en lo contrario. Que el nuevo tipo de estructura laboral, que es la
que marca los periodos de actividad y ocio, sea flexible parece indicar que
pasaremos de las jornadas laborales a los objetivos. Es decir, se marcan unas
metas y el empleado se organiza en el plazo dado para cumplirlas, trabajando un
día por ejemplo 12 horas y otro 2. Igual que la liberación del tiempo con la
posibilidad que aporta la tele-compra o tele-educación (1) en cuanto al tema de
transporte. Y la nueva tecnología, aquella que ha promovido los relojes,
cronómetros, móviles y plannings de las hojas de cálculo es la que lo haría
realidad, liberándonos de un lazo más con la sociedad, la presencia física para
comunicarnos y desarrollarnos.
Cuando las grandes
cadenas comerciales habían establecido su hegemonía, aparecen los huertos
ecológicos y caseros, hay quien reúsa ropa y compra en mercadillos... Me
planteo si, las personas, que parecen condenadas a retornos sucesivos, no van a
volver a plantearse estas dinámicas de vida. No digo que toda la sociedad se
vaya a guiar ni ahora ni nunca por un ritmo analógico de vida en vez de digital
pero si imagino corrientes sociales que opten por esta filosofía de vida como
el movimiento slow y similares... Hasta entonces solo podrían optar por esta
opción de vida los adinerados pero si el panorama laboral se presenta tal como
parece, parece factible para gran número de personas.
¿Bajo la apariencia
de profundidad pero con la superficial marca de la autorrealización y la marca
personal? ¿Es el reforzamiento de los valores humanos contemporáneos y por ende
positivo? ¿Una modernidad más sensible o superficial? No niego que, sea un
ritmo de vida más natural y lógico. Si, no debemos autoengañarnos, cronometrar
los segundos es útil para el sistema, para nosotros/as, para el individuo, una
frustración y cadena más. Por otra parte, ¿reforzaría nuestro individualismo no
coordinarnos sincrónicamente con los otros?
(1): A quien quiera saber
más sobre este tema le recomiendo lectura sobre Manuel Castells o Edgar Morin.
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